Guía de evaluación de impacto del proyecto - NGEU

Con la entrada en vigor del Real Decreto Ley 36/2020, del 30 de diciembre, el gobierno español estableció los mecanismos y procedimientos para la evaluación y ejecución de los proyectos a financiar, dentro del marco de los fondos europeos Next Generation.

A través de esta legislación, se creó la figura de los Proyectos para la Recuperación y Transformación Económica (en adelante PERTES), que define a aquellas colaboraciones público-privadas con un efecto multiplicador sobre el resto de la economía, es decir, con capacidad para dinamizar la actividad económica, con suficiencia para crear puestos de trabajo, y con potencial para mejorar la competitividad del tejido productivo español. Asimismo, los PERTE darán prioridad a proyectos innovadores, que fomenten la combinación de conocimientos, experiencia, recursos financieros y actores económicos; y que favorezcan la integración y el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas.

Además de los PERTE, los otros instrumentos de canalización de fondos europeos Next Generation serán las subvenciones para la financiación de activos privados, y los contratos de licitaciones de cara a financiar activos públicos.

Con todo ello, independientemente del instrumento de canalización, los proyectos serán evaluados de acuerdo a su capacidad para generar actividad económica y empleos. En este sentido, existen dos vías sobre las que medir la relevancia económica:

1. La derivada de la propia inversión realizada: el gasto de los fondos europeos implica por sí mismo un incremento en la actividad económica. De este modo, por ejemplo, si una empresa de un sector determinado decide invertir en la investigación y el desarrollo de productos más avanzados, el primer impacto sobre la economía estará relacionado, entre otros, con el gasto en I+D, junto con la contratación de más personal para llevar a cabo la investigación, y además, en agencias de publicidad para optimizar su estrategia de comercialización del producto.

Este primer vector de desembolsos compone la parte del gasto de la inversión, y tienen un efecto inmediato sobre el resto del tejido económico ya que, en el caso del ejemplo anterior, el sector de las agencias de publicidad recibe indirectamente parte de los fondos, y la contratación de personal dentro del propio sector de la empresa receptora de los fondos implica un aumento de la masa salarial, generado como consecuencia directa de los fondos.

2. La derivada del retorno de la inversión: al tratarse de una inversión, existirá un retorno económico más allá del gasto inicial. Este retorno tomará la forma de mejoras en el producto o en el proceso productivo, lo que tendrá repercusiones sobre la demanda, a través de un aumento de la facturación (en el primer caso), y/o sobre la oferta (en el segundo caso).

En el caso de un aumento de la demanda,  el impacto económico del retorno de la inversión se medirá a través del efecto multiplicador de este incremento sobre el resto del tejido productivo. Por ejemplo, si la facturación de una empresa de un sector aumenta gracias a los fondos, el consumo de mercaderías y de servicios de la empresa se incrementará para poder satisfacer dicha demanda. Esto propicia un incremento de la actividad de manera indirecta, dado que se requieren más inputs (capital y trabajo) para responder a ese incremento de la demanda.

En el segundo caso, una mejora en el proceso productivo puede traducirse en un ahorro de horas de trabajo, que puede monetizarse mediante el coste laboral por hora trabajada -en este caso, ahorrada, lo que se traduce en un aumento equivalente de la productividad por hora trabajada.

Ciertamente, los impactos relacionados derivados la propia inversión (punto 1) son significativamente más fáciles de medir, ya que existen herramientas metodológicas consensuadas que facilitan el análisis de los multiplicadores del gasto e inversión empresarial (como el análisis Input-Output a través de la matriz inversa de Leontief). De este modo, la estimación del impacto económico del proyecto se puede proporcionar tanto en términos de Valor Añadido Bruto (actividad económica en términos monetarios), como de puestos de trabajo.

Para el segundo, la estimación del impacto implica un conocimiento exhaustivo tanto de la Contabilidad Empresarial, como de teoría económica. Debido a que el retorno de la inversión puede tomar varias formas, el análisis metodológico a realizar debe ser desarrollado de manera específica para cada proyecto.

Pero en ambos casos, el impacto económico total de la inversión será la suma del vector de desembolsos, y del vector de retornos de la inversión. Así, se obtendrá una estimación de tres tipos diferentes de efectos:

  1. Efecto directo: actividad y empleo generados dentro de la propia empresa beneficiaria de los fondos Next Generation.
  2. Efecto indirecto: actividad y empleo generados en el resto del tejido productivo, es decir, en empresas diferentes de la beneficiaria de los fondos Next Generation, pero que se ven indirectamente afectadas.
  3. Efecto inducido: actividad y empleo generados gracias a que los efectos directo e indirecto han incrementado la renta disponible de los hogares (a través de mayores salarios), y que este incremento en los sueldos retorna a  la economía en forma de más consumo de productos y servicios.