Plan de Viabilidad Financiera

A la hora de la elaboración de un plan de negocio es imprescindible la realización de un análisis de la viabilidad financiera de dicho negocio. Este análisis tiene como objetivo determinar la inversión necesaria a realizar, los diferentes gastos que se producirán y los ingresos que se esperan obtener, es decir, los futuros flujos de tesorería del negocio o proyecto.

Además, mediante este análisis también se podrá conocer la mejor opción para la estructura financiera (proporción de capital y de deuda) y la capacidad de endeudamiento y repago del proyecto.

Para su realización podremos contar con diferentes fuentes de información. Es posible la realización de estudios de mercado que nos permitan conocer la demanda potencial que presenta nuestro mercado de referencia; se podrán hacer estimaciones de gastos mediante un análisis de los costes en los que han incurrido otros negocios o proyectos comparables; o incluso, si contamos con experiencia en el sector en el que se va a desarrollar el proyecto podríamos utilizar los datos históricos para realizar proyecciones de ingresos y gastos.

A continuación, se procede a analizar de manera individualizada las principales partidas que debemos de tener en cuenta para conocer la viabilidad financiera de un proyecto, 

1.- Ingresos esperados. Realizar una estimación de los ingresos esperados derivados tanto de la actividad principal de la empresa (Importe neto de la cifra de negocio) como los derivados de otras actividades (otros ingresos de explotación).

Para su estimación puede ser útil disponer de un estudio de mercado que permita obtener una estimación de cierta fiabilidad. También es posible utilizar los ingresos obtenidos por otros proyectos comparables por tamaño, sector y localización o incluso, es posible utilizar datos históricos de la compañía si e

2.- Gastos de explotación. Al igual que con los ingresos, es necesario realizar una estimación de los gastos que va a generar el proyecto. Los principales gastos pueden agruparse en los siguientes:

  • Aprovisionamientos. Se trata de los gastos relacionados con la compra de materias primas o de otros productos necesarios para llevar a cabo la actividad principal de la empresa.
  • Gastos de personal. Son los gastos relacionados con la contratación de personal. Además del importe de las nóminas debemos de incluir en este apartado las cuotas de la seguridad social que corresponden a la empresa.
  • Otros gastos de explotación. El resto de gastos necesarios para desarrollar la actividad económica de la empresa. Podemos catalogar dentro de estos gastos:
    • Gastos de investigación y desarrollo. En los que se incurre por servicios encargados a otras empresas relacionados con la actividad de I+D.
    • Gastos de transporte. Transportes a cargo de la empresa realizados por terceros.
    • Las rentas por los locales que utiliza la empresa.
    • Reparaciones y conservación. Gastos relacionados con la reparación de los activos de la compañía.
    • Servicios de profesionales independientes. Gastos en los que se incurre por la obtención de servicios como auditoria, asesoría jurídica o técnica.
    • Suministros. Como los de la electricidad y el agua.
    • Publicidad. Los gastos de las campañas publicitarias que se realicen.

Debemos de tener en cuenta que si el proyecto guarda relación con la actividad que la empresa realiza, es posible realizar una gran aproximación de todos estos gastos utilizando los datos históricos del negocio.

Además, para realizar las proyecciones a futuro de estos gastos es posible establecer una tasa de incremento anual conforme nuestras expectativas de crecimiento, o incluso pueden establecerse unos porcentajes sobre otras magnitudes de las cuales dependen (como, por ejemplo, los ingresos).

Finalmente, para que estas metodologías de proyección de los flujos sean efectivas es una parte esencial la elaboración de unas hipótesis que sean capaces de explicar el desarrollo futuro del proyecto con una alta fiabilidad.

3.- Working Capital. Se trata de la inversión en circulante de la empresa, es decir, de la gestión de los cobros a los clientes, de los pagos a los proveedores y de la cantidad de existencias que presenta la empresa.

Si la empresa presenta un periodo medio de cobro a clientes alto (es decir, que los clientes tardan mucho en pagar sus facturas) la empresa deberá de financiar este periodo con recursos propios y, por lo tanto, tendrá un impacto negativo sobre su tesorería.  Lo contrario ocurre en el caso del periodo medio de pago a proveedores. Cuanto más alto sea (cuanto más tarde en pagar a sus proveedores) mayor impacto positivo tendrá sobre la tesorería de la empresa, es decir, esta financiara su actividad gracias a los proveedores (lo que se denomina, financiación espontanea). Para proyectar los periodos medios de cobro y de pago puede utilizarse los históricos de la empresa, siempre y cuando en el proyecto que se pretende desarrollar se mantengan relaciones con clientes y proveedores similares.

En el caso de las existencias, cuanto mayor sea el número de existencias que la empresa debe mantener en balance para ser capaz de desarrollar su actividad, mayor será la inversión necesaria en estas. Una buena aproximación para estimar el nivel de existencias necesario es utilizar el porcentaje que representan las existencias de cada periodo respecto a las ventas que ha conseguido la empresa en los cada uno de estos.  

EJEMPLO:

(*) Para calcular el PMC se utiliza la siguiente expresión: Clientes/Ingresos * 365
                                                                (*) Para calcular el PMP se utiliza la siguiente expresión: Proveedores/Aprovisionamientos + otros gastos explotación*365

4.- CAPEX. Se trata de las inversiones en inmovilizado necesarias para continuar con la actividad de la empresa o para realizar las renovaciones necesarias. Inversiones en maquinaria, terreno, equipos informáticos…

También es necesario realizar una estimación sobre las necesidades de inversión en esta clase de activos, dado que van a suponer una salida de tesorería de la empresa que puede suponer un problema para la viabilidad económica del proyecto.

5.- Estructura financiera. Una vez que se han estimado los ingresos, los gastos y las diferentes inversiones necesarias para continuar con la actividad económica de la empresa, es necesario realizar una estimación sobre cómo va a estructurarse financieramente el proyecto.

Para ello, debemos de conocer cuál es la estructura financiera actual de la compañía: Patrimonio Neto y las diferentes deudas financieras de la empresa con las instituciones bancaria (a largo y a corto plazo). Por otra parte, también es necesario conocer el coste financiero que supone esta estructura actual.

En segundo lugar, la nueva estructura que se pretende obtener tras la realización necesaria para comenzar con el proyecto en cuestión. Para ello, es necesario conocer en primer lugar el desembolso necesario para llevar a cabo el proyecto, y en segundo lugar cómo se va a financiar:

  • Fondos Propios que se van a aportar.
  • Deuda que se va a adquirir. Es importante el vencimiento y el coste de dicha deuda.
  • Cantidad que va a ser aportada por instituciones públicas.

6.- Servicios de la deuda. En este apartado debemos de calcular cuales son los desembolsos relacionados con la deuda que deberemos de realizar. Es decir, deberemos de conocer tanto las amortizaciones del principal como los costes financieros de la deuda que se realizaran en cada periodo.

Es en este momento en el que conoceremos si la estructura financiera escogida para el proyecto es la adecuada o si por el contrario es necesaria una distribución diferente entre capital y deuda, dado que, la empresa no es capaz de hacer frente a los pagos del servicio de la deuda o, por el contrario, presenta gran holgura en dichos pagos y por lo tanto tiene capacidad de un mayor endeudamiento.

7.- Impuestos sobre beneficios. Otra de la partida que debemos de tener en cuenta y que también puede suponer un gasto para la empresa son los impuestos a los que tendrá que hacer frente. El principal impuesto de cualquier empresa es el impuesto de sociedades (o el IRPF, en el caso de los autónomos).

Para la estimación de esta partida se puede considerar la tasa impositiva efectiva en España del 25% sobre el resultado antes de impuestos. En el caso, de que nuestro negocio o proyecto presente pérdidas, este impuesto ejercerá como un escudo fiscal dado que, no deberemos de realizar ningún pago y, además, se acumulará la cantidad correspondiente para reducir los pagos de impuestos de los siguientes años en los que se obtengan beneficios positivos.

8.- Visión general del Plan de Viabilidad económica.

9.- Medidas de la Rentabilidad Esperada. Además de todos los conceptos que ya se han mencionado, es necesario hacer referencia también a otros conceptos financieros que nos pueden aportar mucha información sobre la viabilidad económica y financiera del proyecto.

  • VAN: Valor Actual Neto, se trata del total de los beneficios obtenidos por el proyecto actualizados al momento actual utilizando una tasa de descuento determinada. Para su cálculo es necesario actualizar cada uno de los flujos que va a producir el proyecto con una tasa escogida por el analista. Esta tasa dependerá del riesgo del proyecto en cuestión, cuanto más alto sea el riesgo mayor será la tasa de descuento que se debe utilizar. 

A= Inversión inicial
      Q= Flujos del proyecto
     K= Tasa de descuento

  • TIR: Tasa Interna de Retorno, se trata de la rentabilidad que ofrece el proyecto. Para su cálculo debemos de tener en cuenta que es la tasa de descuento que hace que el VAN sea igual a 0.
  • Pay-back: se trata del periodo que va a transcurrir hasta que recuperemos el 100% de la inversión realizada para llevar a cabo el proyecto. Para su cálculo simplemente debemos de ir restando a la inversión inicial los flujos obtenidos en cada ejercicio para obtener el número de años que han trascurrido hasta recuperar la totalidad del desembolso realizado para iniciar el proyecto.